martes, 6 de septiembre de 2011

Los inicios y la historia del handball

Karl Schelenz, el creador del handball.


Durante la Primera Guerra Mundial se creó en Alemania un deporte denominado toor-ball, el cual adquirió una elevada popularidad. El mismo era practicado sólo por mujeres. Llegado el momento, se decidió formalizar esta actividad y los que la concretaron fueron Karl Schelenz, profesor de la Escuela Normal de Educación Física y Deportes de Berlín, y Karl Diem, autor de la Historia Universal del Deporte, ya que entre 1917 y 1919 inventaron lo que sería en fin, el balonmano. Ellos también escribieron el reglamento en 1919 y por supuesto, eran alemanes.

Otra versión es que en Montevideo, Uruguay, había un deporte que era una mezcla de básquet con rugby, con fútbol y con otra actividad llamada pelota mano. A esta disciplina la creó D. Antonio Varela, profesor de gimnasia, y se desarrolló de tal forma que en 1918 se disputó el primer partido de este raro deporte, en lo que terminó siendo el primer encuentro de handball. Esta historia asegura que soldados alemanes, principalmente marinos, retenidos en Montevideo durante la Primera Guerra Mundial, vieron ese partido y llevaron el juego a Alemania una vez finalizado el conflicto.

La realidad es que a principios de 1920 ya se jugaba balonmano compuesto por 11 jugadores para cada equipo, en un campo de fútbol y la línea del comienzo del área estaba a 13 metros del a
rco. Hoy en día, hay sólo seis metros de distancia. La pelota que en su origen fue la de fútbol, ahora es más pequeña, midiendo de 58 a 60 centímetros de circunferencia.

En 1925 se celebra el primer partido internacional de selecciones masculinas de handball, el cual tuvo como protagonistas a Austria y Alemania. El encuentro finalizó en victoria para la primera selección nombrada por seis goles a tres. El primer partido internacional femenino de selecciones tuvo a los mismos protagonistas y salió también derrotado el conjunto Teutón pero por tres goles a cinco.

A partir de ese momento, comenzó una discusión entre dos profesores de gimnasia rusos. Uno mantuvo la idea del balonmano en campo de fútbol con 11 jugadores para cada equipo y el otro propuso el handball de sala o de salón con siete jugadores solamente.

21 años más tarde, en 1946, se creó la Federación Internacional de Handball y se instaló su sede principal en Basilea, Suiza. El primer presidente fue el sueco Gosta Bjor, quien estuvo en el cargo hasta 1950 al sucederlo el suizo Hans Baumann.

Los partidos internacionales se multiplicaron y toda Europa se apasionó por el handball reducido o de siete jugadores, forma que se juega hasta la actualidad.

En 1972 está totalmente instalado el handball reducido y se realizan los Juegos Olímpicos de Munich, Alemania, donde en la rama masculina Yugoslavia mostró su poderío al conquistar la medalla de oro, Checoslovaquia la de plata y Rumania la de bronce.

Este deporte se desarrolló notablemente ya que se extendió a todos los países del mundo, a los niveles militares, laborales y principalmente intercolegiales.

Su evolución no se detiene, para 1976 la rama femenina debuta en los Juegos
Olímpicos de Montreal, Canadá.

Hoy en día es uno de los deportes más jugados por los chicos de los colegios argentinos, de Europa y de muchos países del mundo. Lo que falta es que, en Argentina, el handball deje de ser amateur para que se convierta en una disciplina profesional, como lo es en el antiguo continente y en muchas otras partes del mundo. Por supuesto que nuestro país tiene un nivel inferior a potencias como Alemania, España, Francia y Croacia, entre otras, pero el sueño del jugador y del hincha nacional del balonmano es que este deporte sea reconocido y valorado como en esos países. La realidad es que, actualmente, está lejos la posibilidad de que el handball sea profesional. Pero la ilusión está siempre latente.


Nahuel Tassi

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