lunes, 2 de enero de 2012

Hasta siempre maestro


Es complicado comenzar esta nota. Sinceramente, es la que nunca hubiera querido hacer por el dolor que provoca. Pero lamentablemente hay que informar que el jueves por la noche falleció Roberto Casuso Merino, más conocido como el Cubano o Rober, ex entrenador de la Selección Argentina, de Ferro Carril Oeste y era el actual de Polvorines. ¿La razón? Su corazón dijo basta a los 57 años y dejó de latir tres días antes del 2012 al estar en Cuba, ya que había ido a pasar las fiestas a su país natal.

Tendría que mantener la faceta de periodista en este texto, ya que aspiro a eso, pero es muy dificil hacerlo en este triste momento. Por eso, voy a darme el lujo de mezclar la opinión con el sentimiento. Como lo dice el título, era un maestro. Un maestro adentro y afuera de la cancha. Roberto fue un ganador en su carrera como handbolísta y como técnico, pero en estos casos creo que lo más importante es rescatar como fue un individuo como persona. Sin dudas, él fue más un maestro en la vida que en las canchas. Siempre llegaba al playón con su sonrisa pícara y bromeando con alguno de nosotros, lo que resultaba más chistoso todavía por su tonada.

Es imposible olvidar las charlas que nos daba cuando lo tuve como D.T. y sus gritos con un vozarrón impresionante cuando nos mandábamos alguna cagada importante. Como cuando contaba que en Cuba tenía que entrenar cinco horas diarias sin calzado y con pelotas de trapo para poder tener un plato de arroz en la cena. Por eso mismo, muchas veces en los entrenamientos nos pedía que hagamos el último esfuerzo del día aunque sea muy tarde y estemos agotados ya que sabía que lo que en realidad pedían nuestros cuerpos, en pleno invierno y a cancha descubierta, era estar en nuestras casas con una estufa. Pero obviamente nosotros no sufríamos ni un poco de las mismas carencias que pasó de chico el nacido en La Habana.

Su mejor momento como jugador fue cuando a sus 25 años cumplió el sueño que todo deportista o atleta anhela: disputar un juego olímpico, obviamente con la Selección cubana. En este caso fue el de 1980 en Moscú, en ese momento era la Unión Soviética y actualmente es Rusia. En ese campeonato, el capitán y armador central del equipo, anotó 21 goles y 8 fueron en la derrota ante el cuarto del torneo: Hungría. Con su conjunto consiguió un resultado histórico que fue empatar con una potencia europea como España en 24 tantos por la fase de grupos. Luego, le ganaron a Kuwait 32-24 y consiguieron así el puesto 11 de 12 países participantes. También jugó los mundiales de Alemania Occidental 1982 y Suiza 1986.

A nivel de clubes dirigió a la ya inexistente Unión General Armenia, a Ferro en dos ciclos, y era el actual técnico de Polvorines, club al que también ya había dirigido. Su segunda etapa con el verde de Caballito fue del 2008 al 2010 y obtuvo un Súper 4, un subcampeonato Metropolitano y la medalla de plata en el Torneo Nacional de 2009. En la primera había asumido en 1998. También fue el D.T. de la Selección Argentina y la clasificó al que fue el primer Mundial jugado en la historia del balonmano nacional: Japón 1997. Hecho histórico en ese entonces. Anteriormente estuvo al frente del seleccionado de su país en la Copa del Mundo de Checoslovaquia 1990.

Roberto Casuso con bigote, el último de la fila de arriba, cuando dirigía al combinado nacional. Se puede observar a Andrés Kogovsek, en el medio de las dos hileras con una muñequera negra y un vendaje blanco en su mano, y casi a su lado izquierdo se lo ve al actual periodista de TyC Sports Juan Martín Rinaldi con el número 13. Al hacer click en la imagen, se la puede visualizar más grande.

Para recordarlo, comparto con ustedes dos videos en los cuales se le realizó una entrevista en el programa de TyC Sports "De Mano en Mano". Hasta siempre maestro, te vamos a extrañar. Gracias por todo.


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